PA1- Mi entorno: Las cosas a mi alrededor

Mi lugar elegido es mi habitación. Es una habitación de la residencia Galileo Galilei, compartida con otras dos personas, que son mis amigos. Al entrar por la puerta, encuentras el baño a la izquierda, y en un pasillo con los armarios al otro lado se accede a la parte principal de la habitación, un espacio rectangular con 3 camas y 3 escritorios pegados a las paredes. En la pared del fondo, hay dos ventanas y una puerta de cristal que da acceso a la terraza, que da a la universidad, específicamente a la zona del pabellón y la piscina.
Es un espacio que me transmite comodidad, aunque menos que la habitación de mi casa, pero también me alegra estar aquí porque es un estilo de vida mucho más social y más activo, ya que siempre hay algo que hacer, bien sea estudiar, hablar con mis amigos o darme una vuelta, pero en general aprovecho más el tiempo aquí, lo cual hace que me transmita una sensación de productividad.

Imagen de Google Earth
Perspectiva

¿Por qué has elegido este lugar?
Porque es el lugar en el que más tiempo paso ahora mismo. Es un sitio en el que hago una vida activa, que me transmite seguridad, productividad y en el que me siento cómodo.

¿Qué te hace sentir a gusto?
Estar siempre con mis amigos y que sea en la comodidad de nuestra propia habitación.

¿Existe algún elemento molesto?
Es verdad que no es especialmente cómodo dormir con otras dos personas en una misma habitación, pero son mis amigos y me he acostumbrado. Si hay algún elemento molesto es el ruido ocasional de otras habitaciones cuando quieres estudiar o dormir.

¿Crees que te sentirías igual en otro espacio ahora mismo?
No, porque la habitación de mi casa me produce una sensación distinta. Es más privada, pero es menos entretenida y menos social y activa.

¿Piensas que las condiciones de este espacio influyen sobre sus ocupantes? ¿Cómo?
Sí, creo que condicionarnos a pasar tanto tiempo juntos hace que haya una relación muy estrecha. Tenemos que adaptarnos los unos a los otros, y tenemos nuestros roces, pero también nos entendemos muy bien y podemos motivarnos y apoyarnos unos a otros.

¿Cambiarias alguna cosa?
Me gustaría que el espacio del pasillo fuera un poco más ancho, porque el acceso a los armarios es un poco incómodo y si hay alguien con el armario abierto otra persona no puede pasar.


PA1- Mi entorno: Peter Zumthor «Atmósferas»

Concuerdo en muchos puntos con Peter Zumthor. Como él dice, no creo que la calidad arquitectónica dependa de ser reconocido entre los grandes nombres de la arquitectura, ya que esta es subjetiva y temporal. Si nos gusta o no un edificio, tiene que ver con las sensaciones que nos transmite, y estas pueden venir dadas por muchos factores. Por ejemplo, no importa lo bien diseñado que esté un hospital, nunca me sentiré del todo cómodo en uno. Esto tiene que ver con la familiaridad y con cómo nos sentimos en ese lugar, y eso viene de la mano de varios de los puntos que menciona el autor.

Uno de los aspectos más importantes para mí es la luz. Personalmente, me agradan los espacios luminosos y la luz natural. La luz del amanecer me alegra, mientras que la del atardecer me hace sentir melancolía. No me gustan los espacios con una iluminación demasiado cálida, pero tampoco disfruto de las luces frías en lugares rígidos y sin vida, como vuelve a ser el ejemplo de los hospitales.

Cómo nos sentimos respecto a la atmósfera de un espacio se refleja muy bien en la frase de Platón: «La belleza está en los ojos de quien mira.» Hay lugares que nos gustan más con el tiempo ya que nos familiarizamos con ellos y nos sentimos más cómodos. Por ejemplo, siendo de Murcia, me siento muy a gusto paseando por mi ciudad o por mi barrio. Es un lugar que conozco desde siempre, donde he pasado gran parte de mi vida, y eso me genera una sensación acogedora que ninguna otra ciudad, por muy bonita que sea, puede darme.

Otro punto con el que estoy muy de acuerdo del texto es la arquitectura como entorno. Me parece fundamental la relación de un espacio con lo que lo rodea y la consonancia entre los distintos espacios de un lugar. Siempre recuerdo lo mucho que me sorprendió mi viaje a Lanzarote. Fue la primera vez en la que me fijé realmente en la arquitectura de un lugar. La influencia de César Manrique y las políticas urbanísticas hacen que los edificios en Lanzarote sean blancos y de poca altura, creando una arquitectura uniforme y agradable. Además, el contraste con el suelo volcánico negro de la isla lo hace un lugar único e impactante en conjunto.

El ejemplo opuesto que se me ocurre es La Manga del Mar Menor. Con una geografía única en el mundo, La Manga tenía un gran potencial. Sin embargo, la masificación, el exceso de construcción y la falta de regulaciones la han convertido en un sitio sin sintonía. Los edificios parecen competir por destacar, hay torres de apartamentos de escasos metros cuadrados diseñados solo para vender más, y chalets puestos uno junto al otro sin ninguna conexión entre sí. Es una arquitectura que parece estar pensada para sí misma, sin tener en cuenta el entorno.

También opino que la arquitectura no es un arte libre, sino que existe para cumplir con una necesidad. Por eso, creo que no se trata de mostrar quién es mejor arquitecto o de construir algo solo por hacerlo, sino de pensar en lo que necesitan las personas. Construir para los demás, no para uno mismo.

En resumen, estoy de acuerdo con el autor en la mayoría de sus opiniones. La belleza de la arquitectura es subjetiva y, para cada individuo, depende de cómo se sienta en la atmósfera que le transmite ese espacio.